>A mediados de marzo de 2022, la vida de Paul Pogba dio un vuelco trascendental. Ese día, se acercó al domicilio de uno de sus amigos de la infancia, pero se vio sorprendido por un grupo de personas encapuchadas que, fuertemente armadas, lo secuestraron y lo amenazaron bajo el expreso pedido de un millonario pago superior a los USD 13 millones. Más allá de que esa transferencia se realizó y fue bloqueada por su banco por medidas de seguridad, el futbolista inició un litigio judicial que vio salpicado a su entorno más cercano, y que terminó en condenas judiciales de alto calibre.

Fue procesado por hechos de extorsión e intento de extorsión en banda organizada y condenado con tres años de prisión, de los cuales dos son con suspensión de la pena. El año restante podrá cumplirlo con arresto domiciliario (deberá llevar una pulsera electrónica).

De hecho, el abogado del hermano mayor de Paul Pogba, Me Mbeko Tabula, señaló: “Esta decisión es totalmente injustificada. Es extremadamente violento para mi cliente. Mathias fue presionado, amenazado, asaltado. Fue obligado, psicológicamente, a hacer cosas que no quería. Nunca tuvo la intención de hacer daño a su hermano. Los jueces no lo tomaron en cuenta”.

El penalista lo calificó como “un fallo impactante” y añadió: “Una condena basada en un expediente incompleto. La ausencia de Paul Pogba fue perjudicial para la verdad judicial”. Por otro lado, el abogado de otro acusado, Me Ruben, expresó: “Deja un sabor amargo. Vamos a seguir luchando”. En este sentido, Daphné Pugliesi, defensora de Roushdane K., apuntó contra la Justicia: “Es un fallo cargado de cierta severidad en un caso donde solo la sangre de mi cliente ha corrido”. Roushdane había sufrido una herida de bala en la mano izquierda y asegura haber sido víctima de una venganza por parte de delincuentes que nunca pudieron ser identificados en el caso. Él fue acusado de haber “ejecutado o mandado a ejecutar el chantaje”.